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Mensaje por Thumnus Sáb Mar 15, 2014 10:28 pm

Punto Mortal


Oscurecía en la densa profundidad de Kashyyyk. Desde el cierre de mi antigua Academia, decidí entrar en un retiro espiritual, donde pensaba encontrarme con la Fuerza misma... Aunque no fueran los deseos de la propia.

Me encontraba recostado sobre un tronco viejo de un antiguo árbol Wroshyyyr. Observaba como los jóvenes Wookies se adentraban en los últimos niveles del fiero planeta para lograr asumir su mayoría de edad, demostrando no solo madurez, sino valentía y honor. Las noticias de lo sucedido en la galaxia iban y venían constantemente, nuevas razas, nuevas guerras y nuevas personas tomaban el liderazgo de lo que hacíamos llamar espacio. Bien sabía, que desde la destrucción de Toprawa, quedé no solo devastado sino que mi salud cada vez era más débil; mis pasos se hacían más cortos al igual que mi vida. Al entrar en retiro no puedo negar que la conexión con la Fuerza era superior, pero no mi cuerpo con el mundo.

Los Yuuzhan Vong, una nuevo golpe que se le daba a la paz de la galaxia, resurgían con fuerza. Tomaban cada vez más mundos y la sangre derramada por ellos se hacía cada vez sucia. No tenían compasión, no eran nobles, eran despiadados, atrevidos y feroces. Aunque la galaxia esté infestada nuevas formas, aún existían grandes amenazas, y los Yuuzhan Vong no iban a ser la excepción.

Soy un Jedi, velo por la paz de galaxia y seré quien hasta el último momento la defenderá. Sí, siento el llamado, el llamado de no dejar a los desamparados solos, el de proteger a los débiles, el de ser la luz en la oscuridad de muchos, y sé que puedo.

El puño Yuuzhan Vong avanzaba, buscaban planetas a los cuales moldear a su antojo y derribar porque solamente ellos querían. Amaban el dolor, amaban la guerra, pero esta vez han cruzado la raya al echar su ojo sobre el planeta que me dio básicamente todo, el hogar de miles de criaturas y de mis más fieles amigos, Kashyyyk. No dejaría que todo acabara como en los demás planetas, las fuerzas defensoras de la República decaían cada vez más, por un lado los ataques de los Sith, mientras que los Yuuzhan Vong avanzaban con rapidez, y eso, sin contar el número de bárbaros renacientes en la galaxia.

Los Wookies también se preparaban. Estaban tan seguros de que preferían morir a tan solo pensar que sus tierras iban a ser dominadas. Las grandes bionaves se acercaban, las embarcaciones galácticas estaban encima de Kashyyyk y la guerra era inminente.

Aterrizaron cerca de las Islas Watarki. Rápidamente los nativos emprendieron la marcha hacía el mismo lugar para enfrentarse sin importar el resultado, solamente defendiendo los intereses que ellos consideraban dignos. Monstruosas máquinas de matar vivientes caminaban por la superficie de Kashyyyk, siendo que las débiles fuerzas Wookies no podían igualarse a la de tan grandes guerreros. Ahora, decidí actuar.

Observando el panorama, sabía que tenía que empezar por destruir lo más importante, tenía que derribar la fuente de recursos y sus propios líderes. Los Wookies me dieron su voto de apoyo, me dieron varias tropas para intentar algunos trucos que había aprendido a través de los años. Dudé, mis piernas temblaron. Aunque cortaran mis miembros pedazo por pedazo no me rendiría. Recordando algunas de las enseñanzas de mi antiguo maestro Micah Giett, y las fuertes estrategias del general Sharet Giett, avancé. Después de analizar los antiguos ataques a determinados planetas, encontré que solamente al final la nave madre llegaría, quien implantaría el orden total sobre el planeta.

Alrededor de la superficie, por aire y por mar avanzaban las tropas. Sus asentamientos ya estaban firmes y listos. Fue cuando mis primeros escuadrones atacaron. Avanzaron por el cielo en una serie de naves algo primitivas, distrayendo a los agresores. Ya estábamos preparados desde los niveles más bajos, atacaríamos el asentamiento. Tomando desapercibidos los guardias, en poco tiempo logramos pasar la puerta de la instalación. Entramos, cualquier tipo de tecnología que desconocía en gran parte nos rodeaba... ¿nuestra misión? Derribarla. Fue cuando con grandes chorros de fuego creados por los propios ingenieros Wookies lanzados por todo el biolaboratorio (si es que se puede llamar así) y la furia de los guerreros acabó con la instalación.

Llegaban noticias de como Wookies jóvenes y otras criaturas se veían afectados al cruzar por los exteriores de las asentamientos Yuuzhan Vong, pero justo, cuando pasaban por cierto sector, totalmente alejado de la población, generalmente frecuentados esos lugares por los exploradores, se infectaban de un virus que malformaba su estructura genética cambiando sus rangos físicos. Sabía que por la fuerza aunque sea con un ejército gigante no iba a lograr nada, si lo quería lograr algo, lo haría de una forma inteligente y eficaz, pues el puño Yuuzhan Vong se hacía cada vez más fuerte.

Tras dar una leve caminata con mi grupo élite por los exteriores de las instalaciones de los invasores, notaba como mi resistencia disminuía de la nada, los mareos y las nauseas eran cada vez más frecuentes, y una picazón en mis brazos se hacía insoportable. Y eso no solo me pasaba a mi, sino a mis compañeros. Aceleramos el paso y llegamos lo más rápido posible a uno de los cuarteles para recibir asistencia médica. Solo pudieron extraer unas verrugas creadas por la picazón y calmar las nauseas, pero aparecían raros moretones y de nuevo se encontraban con una serie de mutaciones en distintas partes del cuerpo.

Siendo sincero, nunca había presenciado una situación de estas. Si bien había leído algo de esto, ya lo que recordaba era muy poco.
Decidí salir a investigar por cuenta propia, esta vez llevé detectores y amplificadores de ondas para descubrir de donde provenían estos supuestos virus. Caminé cuidadosamente de nuevo por el sector donde se pronunciaba más mi cansancio y mis nauseas aumentaban. Los detectores explotaron y los amplificadores empezaron a titilar hasta quedarse muertos aparentemente.

Escuché un sonido, noté como grandes serpientes aparecían de la nada, como creando vida, como una especie de defensa creada por aquella que a mi parecer era nada más y nada menos que la causante del virus. Me giré mientras atraía mi sable a través de la Fuerza de mi cinturón. Lo que parecía un anfibastón saltó hacia mi cuello. Me moví con rapidez hacía un lado, alcé mi mano apuntando al anfibastón brindándole un empujón con la Fuerza. Si me quedaba luchando llamaría la atención y en un momento moriría, si huía sobreviviría. Puse mis manos en forma de una esfera mientras las giraba creando una especie de remolino. El anfibastón se acerco y lancé hacía su cabeza el remolino. Retrocedí rodeando un árbol y corrí lo más que pude hasta perderme en las profundidades del bosque.

Llegué tarde al primer pueblo que encontré. Estaba devastado. Solo sentía el aroma del horror en carne viva, e imaginaba como trataron de impedir un ataque tan agresivo. Cerré mis ojos y me concentré tratando de encontrar algo. Sentía la presencia un ser cansado y viejo. Corrí hacia el lugar y de hecho se trataba de un sobreviviente perplejo y asustado ante lo sucedido. Me senté y vendé sus heridas con un pack que traía en mi mochila. El viejo estaba tan nervioso que apenas podía atender a sus explicaciones. Después de un tiempo se logró calmar y explicarme lo acontecido. Los Yuuzhan Vong se dirigían a la ciudad principal ahora, era inevitable. Quedé atónito. El viaje a la capital me tomaría mucho tiempo y no lograría nada si decidía emprender camino hacia allá.

La imagen de como varias serpientes de la nada aparecían me tenía pensativo desde el último momento. Sentí algún parecido a algo que despertaba vida. Era un ser viviente, un ser viviente que prestaba vida, que la despertaba, pero no asumía que la creaba. Lo único que pensé fue en estropear eso, era de suponerse que era importante para los extragalácticos, algo que los ayudaba o les daba fuerzas. Decidí correr hacia el camino. Las serpientes ya no estaban. Tomé mi sable y corrí a romper y a apartar maleza hasta encontrarme una especie de cerebro gigante y viscoso que brillaba con un aura mágica. Antes de lanzar un ataque encontré 10 Yuuzhan Vong a mis costados. Cerré mis ojos y entré en trance. El cerebro me había tomado. Los guardianes recibieron una especie de orden, dejando mi cuerpo intacto sin ninguna clase de golpe o rasguño. Al parecer ese ser entró en mi mente, ese ser me había tomado. En mi mente pasaban todo tipo de masacres creados en Kashyyyk, todo tipo de atrocidades que pudieran haber creado esas bestias. ¿Qué era yo en ese momento? Supongo que mi mente, supongo que mi espíritu manifestado con la Fuerza ante un ser que parecía superior a cualquier pensamiento que hubiera tenido. Lo único que sabía era que debía acabar con esto. Dependíamos ambos de la conexión al estar unidos prácticamente en espíritu. No sentía un dolor físico, que a través de mis años aprendí a controlar, sentía un dolor espiritual que me consumía poco a poco. Sabía que si interrumpía la conexión moriríamos los dos. La fuerza mantiene una conexión con el espacio, y aunque esa cosa era Yuuzhan Vong, tenía entendimiento de la misma Fuerza, era algo que me sorprendía realmente. No tenía de otra, esa cosa succionaba mi esencia propia, mi ser, de cualquier modo acabaría muerto. Concentré mi ser, mi yo, mi todo. Este mundo estará en paz, se reparará de las caídas después de la derrota. A través de un ventanal mental veía como mi cuerpo convulsionaba al igual que el gran cerebro. Sentí el deseo del espectro de salir de mi cuerpo. Ya era demasiado tarde. Había tomado mi alma, mi conexión con la vida, pero el también tomará mi muerte si yo mismo la produzco. Entré en un estado de inanición creado solamente por los más altos trucos y enseñanzas de la Fuerza, una que a través de los años, encontré solamente terminando mi misión en la galaxia, protegerla. Logré acabar con el sufrimiento, sacrificando mi propia vida.

Nada quedó. El recuerdo vago de un Jedi que algunos recordarían. O tal vez sí, algo quedó, fue un eco del dolor impregnado en la galaxia. El destino de Kashyyyk quedaría expuesto ante resultado producido por aquel punto mortal.

Aclaración

Spoiler:
Thumnus
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Mensaje por Invitado Sáb Mar 15, 2014 11:01 pm

Felicidades.

Es válido tu cambio de facción.

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