[Roleo + Obtención] El pilar que falta. [PARTE 2]

por Volkt Sáb Mar 30, 2013 12:18 pm

El joven posó sus dedos sobre el cristal de la ventana. Sus pensamientos se concentraban en un mismo punto: codicia, ambición, odio, soledad, fe… Los cinco pilares de su vida se encontraban en plena guerra. La codicia atacaba con todo, cada vez que se enfrentaba a uno de los cuatro golpeaba con todo su armamento buscando la derrota del enemigo; ambición concentraba todo su poder en un único punto para realizar un potente remate; odio consumía su psique para debilitar al enemigo y fortalecerse él; soledad se encontraba al margen, a menudo atacaba pero mayoritariamente se cubría con el manto de la invisibilidad psicológica; y fe confiaba en sus ideales, cosa que la ‘’fortalecía’’ aún más. Los cinco atormentaban la mente de Volkt, el privilegio de ser profeta de la armonía era algo que el chico ansiaba conseguir pero los dardos de la Suerte no lograban hacer efecto en él. Unos tímidos pasos se hacían sonar y cada vez más a medida que se acercaban a la cámara de adeptos. Volkt, previniendo lo que pasaría se colocó de brazos y piernas cruzadas encima de la tarima. La puerta de la cámara se abrió dejando en el ambiente una sensación de pánico y desconfianza de las cuales sólo una podía dominar Volkt: pánico. La semblante figura vestía túnicas negras y llevaba una máscara en forma de fénix en la cara. Muchos rumorean que se oculta bajo esa máscara por las quemaduras ocasionadas en una expedición a Mustafar. Otros dicen que es descendiente del fénix, he ahí la máscara.

- Adepto, prepare su equipaje, se va de expedición a Kesh. – Avisó el maestro a Veat.
- ¿Qué hay en Kesh para que tenga que ir? – Preguntó el adepto pasando del tema.
- Haz memoria… - El tono de voz del maestro aumentaba.

En Kesh está una tribu perdida de los Sith desde el 5.000 ABY. Era de lo único que se acordaba pero se detuvo, parece que recordaba algo más. Así es, en Kesh se encuentran los cristales Lignan, capaces de aumentar el poder del lado oscuro. Kesh dedujo que su maestro estuvo observándolo por su forma de comportarse y dio con el tratado de paz: los numerosos enfrentamientos que tenían lugar en su subconsciente lo mataban lenta pero inexorablemente y pensó que si obtenía ese cristal el lado oscuro acabaría devolviéndole la paz de algún modo. Cuando la luna llegó al punto más alto de su rutina comenzó a emanar un brillo blanquecino que incidía sobre la superficie del suelo. El polvo de éste mismo comenzaba a ‘’levitar’’ tras los continuos bombarderos que sufría por parte de la luz lunar cosa que despertó a Veat. Al despertarse el adepto salió de la cámara. A cuclillas intentaba evitar cualquier ruido de la tarima la cual desvelaría su posición. Sabía que esto no era fácil pues dando vueltas por la academia estaba el guardián Guimesh. Se enredó los cordones de la túnica y se colocó la capucha para intentar pasar desapercibido. El guardián Guimesh vestía completamente de rojo y con una franja negra en forma de V. Este mismo giró la cabeza hacia su posición pero milagrosamente lo dedujo y se echó hacia atrás. De un salto se subió en una de las vigas de la academia y de repente sintió un débil escalofrío. Al principio no pensó en nada pero al girarse se encontró a Guimesh.

- ¿Dónde va mi adepto preferido? – Preguntó Guimesh haciendo énfasis en la última palabra.
- No le importa… - Decía Kesh mientras se retiraba a la biblioteca.
- ¿Qué te ha mandado ahora mi querido hermanito? – Fulminó con la mirada mientras lo levitaba con la fuerza.
- Expedición a Kesh en busca de Lignan… - Comentó malhumorado.

Como si hubiera citado palabras mágicas Guimesh lo soltó. Al parecer él también sabía de su crisis psicológica por lo que decidió no detenerle. Ambos caminaron en silencio en dirección a la biblioteca con miedo a hablar y que les viesen. Más que nada porque hay un toque de queda rudimentario en la academia y si Guimesh lo incumplía sería desterrado o ejecutado. Cuando los dos sith llegaron a la biblioteca se encontraron con un paisaje tétrico y funerario: las ventanas góticas refractaban la mayoría de la luz proveniente de la luna, tazas y estantes desportillados por el paso del tiempo, un amplio salón de tapizados geonosianos … Guimesh dejó solo a Voltk para que pudiera seguir con su recogida de información. Se supone que Kesh tiene montañas escarpadas, cordilleras y playas de tono lavanda. Eso le llevó a deducir que en alguna mina de las montañas se podía encontrar pero enseguida razonó que no en cualquiera. Primero debía de averiguar el paradero de la tribu sith e intentar conseguir manuscritos que indicaran su posición ya que cerca de esta podría haber cristales enterrados o en una mina cercana. Puede que si encontrase la nave algún que otro cristal hubiera rodado hasta esconderse en una de sus aberturas pero recapacitó; si hubiera un cristal por la nave ya lo habrían cogido o estaría destruido por la colisión. Tras varias horas en la biblioteca el alba comenzó a apoderarse del planeta así que Voltk corrió sin importarle el ruido en dirección a su cámara.

por Itnemb Sáb Mar 30, 2013 2:29 pm

Buen roleo, espero su segunda parte. Saludos.

por Volkt Sáb Mar 30, 2013 7:15 pm

Empezaba a haber movimientos por la academia: el día estaba llegando a su parte favorita. Voltk estaba terminando de preparar las cosas mientras que sus compañeros entrenaban o iban a la biblioteca a repasar. El tiempo se le fue de las manos mientras guardaba sus pequeñas pertenencias. Se detuvo un momento para mirar fijamente su sable láser, puede que el arma más fuerte para un sith después de la manipulación. Voltk estaba preparado para el viaje de su vida. Muchos lo han intentado pero pocos han sobrevivido. Hay quien dice que todavía existen sith en Kesh pero es muy poco probable. El adepto comenzó a caminar en dirección al hangar. Un cúmulo de pensamientos revoloteaban por su mente mientras paseaba por la academia. La sensación de fracasar y no despertar era probablemente a la que más respetaba Voltk entre todas. Apenas quedaba tiempo para el viaje y el adepto presentaba los síntomas típicos de aquella enfermedad llamada nerviosismo. Los ingenieros dieron el visto bueno al caza sith y Guimesh corrió a avisarlo. Sin mediar palabra Voltk pudo predecir lo que le quería decir el guardián así que intentando disimular su nerviosismo se encaminó en dirección a la nave. Encendió los motores a la vez que la cabina se cerraba. Un azul eléctrico se podía denotar en el grisáceo paisaje llamado hangar. A los pocos segundos la nave despegó en dirección al espacio salvaje.

* * *

Cuando llegó lo primero que hizo es respirar: quería saber lo que era el oxígeno en otro planeta. Subió a un árbol escalando ya que no quería malgastar la fuerza y guardarla para cuando la necesitara: quería comprobar dónde estaba. Él sabía perfectamente que la misión no duraría un día, ni dos… puede que más. De repente un espantoso ruido proveniente de la maleza llamó la atención de Volkt lo que hizo que éste prendiera su sable y se girara. La caótica luz rojiza que emana el sable en forma de haz iluminaba cada recóndito lugar de la selva. En ese momento, a sus espaldas apareció un accicíptero volando a gran velocidad con las garras por delante. No pudo reaccionar a semejante velocidad y por lo tanto el ave arañó el pecho de éste. Volkt se la intentaba quitar de encima apretando su estómago y echándola a un lado pero no lo conseguía. El accicíptero optó esta vez por realizar picotazos certeros sobre el pecho del adepto que poco a poco diezmaban sus fuerzas. En un intento desesperado por mantener la vida empujó al ave utilizando la fuerza y corrió a refugiarse en el tronco de un árbol. La idea de Volkt era simple: quedarse ahí hasta que se cansara. Los picotazos atravesaban sin problema la madera por lo que pensaba que sería carne para una buena bandada de accicípteros. De pronto al adepto se le ocurrió algo: al estar el sable encendido podría atraerlo hacia él de tal manera que atravesase al accicíptero sin que éste último se diera cuenta. Atrajo el sable con algo de dificultad ya que estaba atrapado en la arena. Cuando lo atrajo el accicíptero se dio cuenta pero demasiado tarde. Murió en el acto. Dentro de nada iba a anochecer así que Volkt salió del árbol y fue a recoger leña. Una vez recogida la guardó en la mochila. Giró la cabeza una última vez para ver el cadáver del accicíptero. Pensó que debía de guiarse por su instinto y cogió al ave. Pasaban las horas y cada vez se veía menos. No muy lejos de Tahv había una densa pradera de color lavanda. El adepto encontró una cueva para pasar la noche pero antes de estar seguro echó varias piedras dentro de ésta para ver si había o no más criaturas y así evitar conflictos innecesarios que solo gastarían la energía del adepto. Al siguiente día Volkt notó un aliento terriblemente putrefacto bombardeando su sentido del olfato. Parpadeó unas dos veces y vio a una especie de perro negro desprendiendo saliva la cual se impregnaba en su camiseta. De repente llegó a la conclusión, un vornsk. Sabiendo lo que podía llegar a hacer esa temible criatura decidió apartarla de una patada en el pecho conociendo ya sus habilidades en la fuerza. Atrajo el sable tan rápidamente como se puso de pie pero obviamente el vornsk era más rápido y lo placó con todo dejándole un fuerte dolor abdominal al adepto. Éste intentó alejarse de él realizando un empujón mediante la fuerza en dirección al suelo para poder dar un salto lo suficientemente grande como para dejarlo. El vornsk se subió de un salto a una piedra y se propulsó con ésta hacia Voltk. Llevó las dos manos hacia atrás en un intento de repelerlo con la fuerza que al final, funcionó pero no por mucho pues la bestia volvió a abalanzarse hacia él una vez tocar el suelo. Aprovechó el terreno para saltar por encima del vornsk y mientras saltaba realizar un corte sobre su espalda. El vornsk gritó entre sollozos. Volvió hacia él rápidamente pero no a tanta velocidad como la otra vez así que aprovechó su lentitud para empujarlo kinéticamente con la fuerza. La maloliente criatura fue directa a Voltk de un salto mientras mostraba sus fauces. En un intento suicida por parte del adepto decidió saltar a un lado cosa que aprovechó el vornsk para girar la mandíbula y morder su pierna. Al no soltar prenda el joven sith golpeó la sien del animal con la pierna sobrante para alejarlo de él. Voltk comenzaba a jadear. Se arrastraba como podía en dirección al árbol más cercano pues tenía la pierna en carne viva. Volvió a atraer su sable con algo de dificultad hasta su mano cosa que no sirvió pues el vornsk pisó con fuerza la muñeca izquierda impidiendo el dominio del sable láser. Con la otra mano Voltk hacía fuerza sobre la mandíbula de la feroz criatura intentando no ser devorado. Sufría múltiples arañazos por el pecho. Comenzó a acumular odio, ese odio se fue convirtiendo en energía hasta tal punto de dejar inconsciente al vornsk por una repulsión con la fuerza.

por Itnemb Sáb Mar 30, 2013 8:50 pm

Me gusto la parte dos, espero la tercera con mucha ansias. Saludos.

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