[Roleo de Ossus] Emociones.

Ossus - 21 DGLS

El Cónsul Rakdos y su aprendices Cody Akan y Thegnar practicando la técnica Jedi de meditación. Al terminar la meditación, los tres jedis se dirigieron a el aula teórica, cuando al Maestro se le ocurrió que podría llevarlos de excursión como mérito del esfuerzo de sus jóvenes aprendices. El Consular cambió el rumbo, atravesando el atrio, y dirigiéndose al hangar. Ya llegaron y los aprendices con intriga, no sabían que sucedía.

-Maestro, ¿qué hacemos aquí? Íbamos a el aula teórica y ahora estamos en el hangar - decia el joven Akan.
-Lo sé joven. Si estamos aquí es gracias a vuestro esfuerzo - contestaba el Consular mientras dejaba paso a sus jóvenes aprendices para subir a la nave.

Después de subir todos a la nave, Rakdos encendió los motores de la nave y puso coordenadas a Coruscant, la gran capital de la República Galáctica. La nave rapidamente ascendió y desapareció del planeta de camino a Coruscant.

Galaxia - 21 DGLS

En su camino a Coruscant, una conversación incomodó algo a los dos acompañantes del Padawan Cody Akan.

-... pero, cuando me fui de Ygziir sentí como que algo o alguien me perseguía. Ahora con vosotros me siento seguro - decía el joven Akan.
-¿Cómo que te perseguía algo o alguien? - preguntó Rakdos mientras dejaba la nave con control automático y lo observaba.
-Sí, Maestro. Era una nave, no sabría describirtela, estaba más atento de llegar seguro a Ossus - respondía el Padawan.
-Bueno Cody, lo importante es que no te ha pasado nada y que ahora estás con tu compañero y conmigo seguro - añadía el Consular mientras ponía manos al volante.
-Gracias por su protección Maestro - añadía Cody mientras miraba por la cabina de la nave.

Después de la incómoda conversación, la cual puso fin en su entrada en el planeta de Coruscant, los jedis se prepararon para el aterrizaje.

Coruscant - 21 DGLS

En su descenso de la nave, se podía observar una gran cantidad de rascacielos a cuyos pies estaban otros edificios de mediano tamaño o más pequeños.

La nave se dirigió a la superficie más cercana del Templo Jedi de Coruscant. Llegaron a un hangar, en el que unos minutos más alante, estaba el Templo Jedi. La nave tocó tierra y los jedis salieron de sus naves colocándose las túnicas.

-Maestro, nunca me imaginé venir aquí y encima con usted - decía el Padawan Thegnar.
-Espero que tengan unos buenos recuerdos en sus etapas de Padawans - añadía el Consular mientras subía con esfuerzo las elevadas escaleras.

Los aprendices, ayudaron a subir las escaleras a su Maestro, quien estaba algo viejo.

-Muchas gracias jóvenes- decía Rakdos.

Ya una vez subidas las escaleras, se podía observar la bonita y gigantesca estructura del Templo Jedi situado en Coruscant. Ante los jedis, una gran cantidad de jedis con aprendices, caballeros jedi, generales con sus escuadrones y soldados clon tapaban las puertas del Templo.

En su camino hacia las puertas, el Padawan Cody Akan sentía lo mismo que en su huída de Ygziir, pero no se lo dijo a su Maestro para no crear preocupaciones.

Ya llegaron a las puertas del Templo, y al entrar, una figura le llamó la atención a Rakdos. Éste se acercó a el con sus aprendices.

-Saludos, General Hawkeye - decia el Consular observando como el General se daba la vuelta.
-¡Rakdos! ¡Cuánto tiempo! Has cambiado muchísimo desde la última vez que nos vimos, eras un joven Padawan, quien diría que el tiempo pasase tan rápido - comentaba el General alzando la voz.
-Si, la verdad es que si General. ¿Qué tal te va todo? - Preguntaba Rakdos.
-Todo bien Rakdos, muy bien. ¿Tu qué tal? Veo que con aprendices ya ... - respondía el General.
-Me alegro por usted General. Yo todo bien, enseñando lo que un día me enseñásteis, y por lo que os estoy tan agradecido - añadía el Consular.
-Pues eso es bueno Rakdos. Somos hermanos jedis, nos ayudamos mutuamente entre nosotros. Por cierto, ¿cómo se llaman tus aprendices? - preguntaba nuevamente el General.
-Se llaman Cody Akan y Thegnar, dos pequeños jedis con un gran corazón - respondía Rakdos a la pregunta del General.
-Encantado jóvenes, mi nombre es Hawkeye Sunrider. - le decía el General a los dos jóvenes.
-Igualmente, General - respondían los jóvenes aprendices.
-Bueno General, ha sido un placer volver a verte y saber que sigues entre nosotros. Nos veremos en otro momento, que la fuerza te guie y acompañe - añadía el Consular mientras, junto con sus aprendices, hacía una pequeña reverencia al General.
-Lo mismo digo Rakdos, que la fuerza te guie y acompañe - respondía el General reverenciándose también.

Tras la charla con el General, los jedis dieron la espalda a éste y se pusieron rumbo a la visita del Templo Jedi.


Pasaron unas cuantas horas hasta que los jedis volvieron a la entrada. Los jedis cansados, se dirigieron a la nave y pusieron rumbo a una antigua taberna que conocía Rakdos.

Taberna Deneth - 21 DGLS

Ya descendieron de la nave y bajaron de ésta. Se encontraban en una taberna de un viejo amigo del Consular, donde mucha gente de la taberna eran jedis, aunque habia gente no sensible a la Fuerza. Un camarero los sirvió.

-Gracias, pero me gustaría preguntarte algo, señorita - comentaba el Consular dirigiéndose a la camarera.
-Dígame, señor - le decía la camarera mientras terminaba de servir las bebidas de los jedis.
-¿Sabes algo sobre ´´el vizco``? - preguntaba Rakdos.
-Murió hace tiempo, pero no sé por qué - respondía la camarera.
-Entiendo... Muchas gracias igualmente - añadía Rakdos mientras retiraba la vista de la camarera y la fijaba en el joven Akan.

Rakdos observaba la inquietud y la mirada del joven Akan. Estaba moviendo las piernas como si tubiera miedo a algo, y los ojos no los fijaba en ninguna persona, sino en la puerta.

-Joven Akan, ¿qué te pasa? - preguntaba el Consular.
-No nada Maestro, que esto de conocer nuevos lugares... - respondía con una risita.
-Entiendo joven Akan - añadía el Consular.

Después de una charla entre los jedis, el Consular sintió una sensación de que había entrado alguien en la taberna que no era buena su presencia. A la misma vez, observó la torpeza por los nervios del joven Akan, al cual se le cayó el vaso al suelo.

Continuará...

Que mal roleo..


Me gusta tu roleo, la historia y eso jaja.
Espero la continuación.

Malisimo, le doy un 0
Okno XD
Muy buen post, me ha gustado

Sabemos el proximo destacado en el diario

Vaqrad Jindai escribió:Solo puedo decir una cosa: DE PUTA MADRE. Sigue haciendo buenos roleos

Muy bueno, en Hw hay muchos roleos pero este es el que mas me atrae, espero los siguientes capítulos.

Que bueno madre mia, y que ganas de ver el siguiente capítulo.. Buenísimo

Galaxia - 21 DGLS

El Consular se dirigía a Ygziir, a hablar con el Sabio Sith y padre de Cody Akan, su aprendiz. En su camino, recibió una llamada al comunicador.

-Saludos Consular - le decía el Maestro Zaikard.
-Saludos Maestro, ¿qué sucede? - le contestaba el Consular al Maestro.
-¿Cómo que qué sucede? Eso me pregunto yo. Ayer partiste y no sabemos nada de ti ni de tus aprendices, Rakdos. - le respondía el Maestro Zaikard.
-Estoy en la Galaxia, en una excursión con los jóvenes jedis - le decía Rakdos mientras entraba y descendia en un planeta.
-Espero que estéis bien, sino volver y no dudeis en pedir ayuda. - comentaba el Maestro.
-De acuerdo Maestro Zaikard, que la Fuerza los guie y acompañe - decía el Consular mientras se posaba en la superficie.
-Igualmente, Consular Rakdos - le contestaba el Maestro mientras se cortaba el comunicador.

El Consular, aterrizó en una superficie oscura, rodeado de bosques y un cielo oscuro. Salió de su nave y se puso en busca de algo, como si hubiese quedado con alguien.

Ossus; Templo Jedi - 21 DGLS

Mientras los aprendices del Consular estaban dormidos y el Consular estaba lejos de todos sus hermanos, en Ossus se respiraba un aire alterado, preparándose para ir en busca de algo o alguien.

-Debemos partir ya hasta donde su señal del comunicador nos ha indicado - decia el Maestro Soul mientras preparaba el cinturón y ayudaba a los más jóvenes.
-De acuerdo, Maestro Soul. - le contestaba el Caballero Seltar cuando ayudaba a los que no estaban listos.
-Terminen que partiremos en breves. Cojan alimentos y ropas - gritaba el Maestro Whie.

Tras un rato de preparación, todos los integrantes el Templo estubieron listos para partir en busca de los otros miembros. Se dirigieron rápidamente con sus mochilas y cinturones completos de artilugios necesarios a el hangar, donde se subieron a las naves de los diferentes miembros, entre ellos Padawans, Caballeros, Consulares, Iniciados, Maestros y Guardianes. Encendieron los motores y despegaron rápidamente de Ossus, en busca de los jedis.

Ygziir - 21 DGLS

Rakdos, metido entre los oscuros bosques que rodeaban los alrededores del hangar y se puso en busca de una pequeña cabaña en medio del bosque. No la encontraba, el bosque era extenso, oscuro y con criaturas y peligros que rondaban por los bosques.

Tras veinte minutos andando en busca de la cabaña, algo llamó la atención al anciano. Una piedra con unas escrituras en un idioma desconocido por él. Eran una especie de sigos geométricos con diferentes trazados de líneas. El Consular no podía descifrar su significado, pero sabia que aquel lugar no era bueno y decidió seguir en su búsqueda.

Al cabo de seis minutos exactos, entró en una llanura en medio del bosque, en la que se sentó en medio y empezó a meditar, aunque era tarde, ya que le había encontrado el otro individuo a él. Rakdos abrió los ojos y se levantó del suelo. Pudo observar como entre los oscuros árboles aparecía una figura con túnicas oscuras y la capucha que le tapaba el rostro. Se acercaba lentamente a él, hasta que llegó a diez centímetros suyos.

-Pensaba que no ibas a acudir a la cita, Rakdos - le decía la voz mientras se quitaba la capucha.
-Aquí me tienes, conversemos, Feln. - le decía el Consular.
-En verdad, contigo nunca tube nada que hablar, pero te entrometiste entre mi aprendiz y yo, cosa que tocó mi moral y provocó que tu fueras parte de mi destino - le decia Feln.
-¿De verdad? No me esperaba algo así, tu ignorancia te hace débil. Pensé que ibas a venir tu solo, pero veo que nunca has tenido tanto valor. Por cierto, saludos Lord Vecreth - le decía el Consular a los dos Sith situados delante y detrás de el.
-Vaya, me has pillado Rakdos. Creía que tu poca inteligencia sería la causa de tu muerte en mis manos, pero no será así - decía el Lord.
-Rakdos, yo no lo llamé, el vino para ajustar también cuentas contigo - le contestaba ahora Feln.
-Vecreth, ¿qué quieres? - le preguntaba Rakdos al Consular - Feln, algo te digo, y es que tu hijo no te ha decepcionado, has sido tu quien lo ha decepcionado - añadía el Consular.
-Rakdos, tienes suerte de seguir vivo, no sé porque aún tienes esa cara, además, si te mataramos, te haríamos un favor, viejo - le decía el Lord mientras encendia su sable.
-Ya veo... Adelante, máteme Lord - le decía Rakdos mientras se giraba mirando al Lord.

Al Lord se le agotó su paciencia y embestió contra Rakdos, quien saltó mediante la Fuerza esquivando al Lord. Al caer al suelo, se giró rápidamente y pudo ver a los dos Sith juntos.

-Rakdos, di adiós a tu vida - decía el Lord.

El Lord amagó a el Consular yendo hacia la derecha y volviendo a la izquierda cortándole en el pecho. El Consular al ver que iba a dar otro ataque, le envió lejos mediante la Fuerza, pero el Sith era resistente. Mientras el Lord volvía hacia Rakdos, Feln encendía su sable y rodeó por el otro lado a Rakdos. Éste estaba en medio de los dos, cuyas intenciones era que la cabeza del Consular rodase. Éstos giraban al rededor del Jedi, quien fijó su vista en los oscuros bosques, donde se acercaba un pequeño rayo azul. Rakdos, dejó de mirar el rayo y se fijó en Vecreth, quien se mordia los labios y apretaba su empuñadura, como si fuera a asentar otro corte en el Consular. Al contrario, Feln lo miraba más tranquilo, sin piedad pero con tranquilidad. Vecreth, con poca paciencia, se lanzó contra Rakdos con mucha velocidad lo que provocó que Rakdos cayera al suelo empujado por el Lord. El Sabio Sith rápidamente mantuvo con la Fuerza al Consular contra el suelo, aprovechando a que el Lord apresara a el Consular, quien veía sus intenciones. Vecreth rápidamente saltó a apresar a el Consular, y al conseguirlo, le pegó una patada en el costillado.

-Ahora creo que no podrás hablar, solo gritar y pedir piedad, arrodillarte ante mi para que te deje libre - le decía el Lord mientras le pegaba otra patada.
-¡Ja...más! - gritaba el Consular.

El Lord, rabioso, le cogió del pecho y mediante la Fuerza, lo empujó lejos chocando contra un árbol. Después de ello, lo subió mediante la Fuerza y lo lanzaba al suelo. Estaba torturando al Consular. Éste sentía un gran dolor, pero sabía que no era su final.

Kamino - 21 DGLS

Mientras el Consular estaba siendo torturado, el Templo de Ossus fue a recoger a los jedis de la señal proviniente de los comunicadores. Cruzaron toda la cúpula y llegaron a la pequeña casa, donde se encontraba el fuego encendido y a los jóvenes Padawans sentados algo alterados en los sofás.

-¡Cody, Thegnar! - gritaba un Iniciado Jedi llamado Sheogoroth.
-Saludos, joven Jedi - le decian los Padawans.
-No tenemos tiempo para saludos, debemos partir a por el Consular, se encuentra en un mal lugar - decía el Maestro Soul.
-Vamos, debemos partir ya, volvamos a las naves y síganme en la Galaxia - decía el Maestro Whie.

De inmediato, todos los jedis siguieron al Maestro quien fue con velocidad a las naves. Allí espero a que subieran todos y partieron rápidamente hacia las señales del comunicador del Consular.

Ygziir - 21 DGLS

Mientras los hermanos jedis de Rakdos se dirigían hacia su lugar, el Lord y el Sabio peleaban con Rakdos, quien estaba tirado en el suelo y con heridas en el pecho. Sabía que era cuestión de tiempo la intervención de algo o alguien, tan solo debía esperar.

-Bueno, Consular, creo que ha quedado demostrado lo débil que eres - decía el Lord mientras se reía.
-Lleva usted toda la razón, mi Lord - decía Feln.
-Us...tedes son unos ig..norantes y tu Feln, un caso per...dido - decía el Consular con dolores que no le permitían hablar.
-Adelante Feln, pateale un poco, diviertete un rato - decía el Lord.

Feln, hizo caso a las órdenes de su Lord. Éste observaba como Feln le pateaba al Consular en el pecho y en las costillas.

-Bien, para Feln, debemos llevar vivo a la cucaracha a la Cámara - decía el Lord.
-Sí, mi Lord - le respondía Feln mientras dejaba de pegarle.

Vecreth iba a recogerlo, pero la aparición de alguien le detuvo. El General Vetov y padre del Consular apareció allí.

-Es hora de pagar por los daños causados, Vecreth. Suéltalo - gritaba el General mientras se acercaba y salía de los oscuros bosques.
-Vaya, nos ha tocado lo gordo. Dos en una tarde, interesante. No lo soltaré, pero si haré que te unas a él, débil Jedi - decía el Lord.

El General ignoró al Lord y se acercaba lentamente hacia la posición de su hijo, quien estaba observándolo.

-Vete padre, no co...metas el mismo error que yo.. - decía el Consular con dolor.
-Como padre juré protegerte y como Maestro Jedi tuyo que soy, es protegerte y luchar por ti, asique no me iré - decía el General.
-Vaya, que bonita conversación. Seguir hablando, me siento y escucho un poquito más, por favor, adelante General - comentaba el Lord con sarcasmo mientras ondeaba su sable rojo.

El Lord, sin esperar ni un segundo más, se lanzó contra el General, quien esquivo su ataque. El Lord, volvió a por él, pero un pulso de sables le dió menos confianzas al Lord. Éste, con un ondeamiento de sable láser, le cortó el brazo al general, quien su sable cayó al suelo y el Lord con un giro logró cortarle las piernas. El general, sangrando sin piernas y sin brazo, atrajo su sable y se lo lanzó al Lord, quien lo desvio entrecruzando su sable láser. El general cerró sus ojos, sintiendo unos individuos alrededor suya. El Lord en cambio, estaba centrado en la muerte del general, ignorando los individuos de los alrededores.

No se necesitaron ni diez minutos para que diez jedis aparecieran de entre los bosques, aunque no estaban solos...

Continuará...

Tio increible, soy un pesado pero es que me encanta.. sigue así.

Ygziir - 21 DGLS

La aparición de los diez jedis de entre el oscuro bosque despitó al Darth y a el Sabio. Éstos, riéndose observaban como los diez jedis, cuyos sables empezaban a iluminarse iluminando la zona. Sin embargo, el despiste del Sabio hizo que al General le diera tiempo a atacarle, lanzándole su sable a la mano izquierda, con la que empuñaba el sable rojo. Éste cayó al suelo apagándose y atrayendo la atención del Sith en el General Vetov.

-Sucia escoria, has firmado el final de tu asquerosa y pobre vida. - decía el Sabio Sith.

Tras decírselo al General, atrajo su sable con la mano derecha y lo encendió, a la vez que saltó y le clavo el sable al General en el costado, matándolo.

-¡Padre! - gritaba el Consular mientras veía que los ojos de su padre quedaban inmutos como la piedra.

El Consular, entristecido, se acercó empujando con sus hombros acercándose a la posición de su padre. Éste, estaba tendido en el suelo, con un solo brazo.

-Padre... - decía el Consultar mientras veía como el Sabio Sith les daba la espalda.

Feln Gres, observaba como los jedis se colocaban en diferentes las diferentes formas de Esgrima Jedi.

-Saludos jedis - decía el Darth mientras se frotaba la barbilla con la mano.
-Basta ya por hoy, Sith. Ya ha habido demasiado con la pérdida del General, deja que el Consular venga con nosotros y no pasará nada más - decía el Caballero Seltar.
-Vaya... Tu eras... el hijo del Consular, ¿cierto? - le preguntaba el Darth.
-Así es - le respondía el Caballero.
-Pues tranquilo, que harás compañía a tu padre - le contestaba el Darth con una risa - Y los demás jedis... ¿quiénes son? ¿también mis próximas víctimas? - añadía el Darth.
-Lo tendrás dificil, y no, no lo son - le respondía el Caballero mientras se ponía en Soresu.

El Darth, sintiendo lástima por el Caballero y sus acompañantes, se acercó a ellos lentamente. Al llegar, se paró, pero rápidamente atrajo el sable de un Caballero Jedi, lanzándose a por él y a por su compañero, a quienes les cortó la cabeza de un instante al otro. Éste, se dió rápidamente evadiendo un corte con el sable de su mano derecha de otro Caballero y con su mano izquierda lanzó un empujón de la Fuerza a un Padawan Jedi, cuyo Maestro había sido asesinado delante de sus ojos. Éste, con rabia se lanzó hacia el Sith, quien lo elevó mediante la Fuerza. Los demás jedis, por órdenes del Caballero Seltar, se retiraron e intentaron ante todo salvar al joven Padawan, pero no tubieron la oportunidad, quedaban tres jedis en pie y muchos de ellos con heridas graves que les causaban dolores casi mortales. El Sith, dejó en el suelo tranquilo al Padawan, quien se quedó quieto.

-Jóven, dime tu nombre - le decía el Darth.
-Mi nombre es Garek - le contestaba el Padawan mientras tragaba saliva.
-No tengas miedo, no te haré nada, tan solo darte la bienvenida al Lado Oscuro de la Fuerza - le comentaba Darth Vecreth.
-¿Cómo que al Lado Oscuro de la Fuerza? - le preguntaba el Padawan.
-Tienes miedo y has... - decía el Darth cuando era interrumpido por el Consular.
-No le escuches Garek, te está manipulando mintiéndote - gritaba el Consular.
-Cállate, escoria - le decía el Darth al Consular - Garek, vendrás conmigo - añadía el Darth mientras sonreía.

Garek, agachando la cabeza e ignorando las palabras del Consular, siguió a el Darth. Éste lo llevó delante del Consular.

-Es tu momento de vengarte del Consular, pégale por todo el mal que te haya hecho, la venganza es lo mejor para desahogarse - decía el Darth observando el rostro del Consular junto al General.
-Pero no me ha hecho nada ... - le contestaba el Padawan.
-Pégale y paga con el las injusticias de tus ex hermanos, los jedis - le decía el Darth.

El Padawan asintió con la cabeza y empezó a pegar al Consular patadas por todas partes, cogiéndole del cuello y pegándole puñetazos mientras pensaba en sus antiguos miembros y sus injusticias.

Tras varios minutos de maltrato al Consular, el Padawan paró por órdenes de su nuevo Maestro. Éste, se giró rápidamente observando un gran grupo de Sith, quienes iban dirigidos por el Maestro Miphras.

Miphras junto con los demás Sith.

-Saludos, Darth Vecreth - le decían todos en coro mientras se reverenciaban.
-Saludos a todos. Gracias por acudir. Les llamé porque he pensado en dejar presas para ustedes y no yo solo, asique cuando vengan los jedis, quiero que os divirtáis. - les decía el Darth - Por cierto, tenéis un nuevo compañero. Os presento al Aprendiz Garek, que aprenderá de mi - añadía mientras lo empujaba para alante.

Éstos, tras escuchar al Darth, encendieron sus sables rojos, mientras esperaban la llegada de los jedis.

Tras un rato de espera, se empezaban a escuchar voces provenientes del interior del oscuro bosque. Las voces se acercaba cada vez más, hasta que se plantó un ejército de treinta jedis, de los cuales se podían distinguir al Caballero Seltar, al Maestro Zaikard, al Maestro Soul, a el Guardián Athanos, a los Padawans Erox, Cody, Arzheth y al Consular Rideck. Éstos, iban con el sable encendido excepto el Consular Rideck, quien iba al lado del General Hawkeye, quien a sus espaldas llevaba un gran escuadrón de soldados, entre ellos el Soldado Balar y al Soldado Sergio, junto con el Canciller Khaethan, junto con otros muchos. Todos estos formaron frente al grupo de Sith, quien estaba preparado para la guerra, que comenzaría en pocos minutos.

Continuará...

Increible roleo, aunque digo unas paridas.. xD
Yo los hubiese matado a todos pero que se le va a hacer. Me encanta jaja

Siempre lo dejas en lo mejooor... x´D