[Roleo de Achillea] La magnitud de La Luz

Dj sersi & Alba <3 escribió:Magnifico roleo sobek (h5)

Sersi Jamaane (Sabio Moldeador , lider de los sabios moldeadores , Maestro de Kae Riin Lah (Mounster))

Spoiler:

Las bajas ya se contaban por miles, y a cada minuto se podía sumar perfectamente varios cientos más. Cada facción tenía sus propios métodos a cuál más cruel y despiadado. Los Yuuzhan Vong, fieros guerreros embestidos con sus poderosas armaduras, contaban con una de la mayor bestia de aquesta batalla: Un Leviatán. Los rakghouls, criaturas causadas por el efecto del amuleto de Karness Muur, sin uso de conciencia, únicamente obedecen los designios de su amo, Xakan, cuan zombis dotados de una velocidad y fuerza sobrehumanas, y todo ello sumado al hecho de que cuando una de estas bestias roza a otro ser vivo, éste pasa a ser otro Rakghoul. Los clones y rebeldes desde la superficie, con una infantería repartida por todo el planeta, eran millones y en este momento eran los que mayor ventaja poseían por su rápida extensión; No dejaban aterrizar ninguna nave, puesto que si éstas rozaban la superficie, eran aniquiladas automáticamente. Los imperiales y mandalorianos aliados, buscaban algún punto sobre el que aterrizar sin éxito puesto que ni los Yuuzhan Vong, ni la república y ni siquiera los Rakghouls dejaban acercarse al campo de batalla.

Mientras en cierto paraje de aquel centro de muerte y desesperación crecía una especie de segundo sol, o el ya existente se ampliaba, en el espacio estaba a punto de estallar una nueva guerra: Los siths del imperio, los jedis de la república y los siths de Ygziir. Nuevas facciones para añadir en aquella guerra donde todos eran enemigos de todos. Los jedis de la república, comandados en distintas naves nodrizas optaron por huir del conflicto estelar que estaba a punto de tomar lugar, así que se adentraron en la atmósfera de Izai descendiendo a una gran velocidad con la finalidad de tomar tierra firme. En su interior, jedis que causarían respeto y casi temor a cualquier ser viajaban, tales como los maestros Khan, Vandir, Whie, Selkris, Andrew, entre otros muchos guerreros como el gran Ikarus, y su aprendiz Krasheer, y otros como Bophilus, Fetux y Radev. Toda la Orden Jedi participó en aquel conflicto, y conocedores de que sus aliados republicanos se encotraban en posesión de la superficie, aprovecharon esta ventaja para descender a una gran velocidad y tomar suelo.

Pero ante el desconcierto de los imperiales, que veían pasar pasmados a unos atrevidos jedis entre ellos para así tomar suelo, decidieron aprovechar la sombra de las naves jedis para confundirse entre ellas y así los clones o rebeldes no habrían fuego sobre ellos. Así lo hicieron, de modo que jedis, imperiales y mandalorianos desembarcaron a gran velocidad ante la comitiva republicana. Miles de soldados apuntando a la zona de desembarque, atrincherados en enormes y resistentes búnqueres. De esta forma, los jedis optaron una vez más por la prudencia y retrocedieron a gran velocidad hacia los búnqueres, no sin antes llevarse a varios enemigos por delante. Una vez todos estaban a buen resguardo, clones y rebeldes comandados por Chivu, Mosing, Khaethan, Jacobo y otros generales como Batista, abrieron fuego aniquilando a la mayoría de los imperiales y mandalorianos. Pese a esta sangría, muchos lograron huir a tiempo hacia el bosque, para reagruparse con las naves y montar una pequeña base.

Rápidamente, los líderes de la república, tanto jedis como soldados se reunieron para realizar un rápido informe de la situación y lograr un acuerdo sobre la modalidad estratégica a seguir. Todos siguieron a Ikarus, el cual propuso atrincherarse en todos los puntos estratégicos del planeta, y limitarse a la defensa, debido a que los Yuuzhan Vong, Ygziir y los propios Rakghouls, todos cegados por el odio, atacarían a todos los que componen el Imperio.

-Entonces, está todo decidido, Jacobo y Mata be, reagrupar un pequeño ejército, junto a cien jedis y avanzaréis hasta este punto -dijo señalando un punto en el mapa- y como seguramente esté abandonado lo tomaréis como base estratégica. El resto ya han recibido órdenes de donde avanzar. El resto de jedis y soldados republicanos en general, incluyendo a los Wookiees pese a que hay pocos dado que Kashyyyk ha decidido no participar -hizo una pausa meneando la cabeza-. Nos internaremos en el bosque eliminando a todo posible refuerzo del imperio desde tierra, y así una vez más les obligaremos a quedarse en sus naves hasta que vean agotados el combustible. Que la fuerza les acompañe, compañeros republicanos -Añadió esto último colocándose la esplendorosa armadura de lord Hoth.

En el espacio, la guerra ya había comenzado, una auténtica guerra espacial de Ygziir contra Korriban. Los siths de la Nueva Orden Sith, formados por la academia de Ygziir y su base imperial se enfrentaba al enemigo, conformado a su vez por Korriban, la sede de la Orden Sith, Korriban VII, jóvenes guerreros donde se adiestran a los siths, y por último los bastos y torpes Masassis, que únicamente eran una carga en las naves, puesto que no sabían apenas nada sobre tecnología, y dejaron las naves a manos de los experimentados sith del imperio. Ygziir vio que en ese lugar, sus fuerzas se veían prácticamente igualadas o incluso diezmadas debido a la minoría de la flota, por lo que entraron en contacto con sus compañeros aliados Yuuzhan Vong, los cuales les proporcionaron un lugar seguro de aterrizaje.

A una gran velocidad dejaron el conflicto para llegar al encuentro de sus aliados, escoltados en un principio por una comitiva formada por un número de guerreros seguidores de Sersi Jamaane. De esta forma, el panorama quedaba dividido de la siguiente forma: los Yuuzhan Vong, recién reagrupados con sus aliados los siths de Ygziir, luchaban con fiereza contra los casi inmortales Rakghouls, por otro lado toda la República, dividida en grandes escaramuzas que sitiaban los principales puntos estratégicos de Izai lo cual impedía que los mandalorianos y todo el imperio en general descendiesen para tomar parte en el enorme entorno bélico, y por último un gran grupo de jedis que iban a la caza de unos resguardados imperiales que habían escapado y se encontraban incomunicados.

Aun y así... todabía quedaban unos pequeños rezagados... dos grupos cada uno por separado. Uno de ellos, haciendo un dúo sin igual, Vanille y Coen contra el gran aprendiz de Xakan y su hijo primigenio, Feln. La lucha era muy igualada; los dos jedis actuaban sin igual, haciendo un digno espectáculo del uso de la fuerza, ayudados de sus sables Idhum, lo cual les otorgaba enormes cantidades de energía, pero por contra, Feln Gres poseía casi todos los conocimientos de Xakan, y manejaba los poderes
de la fuerza con una maestría digna de admirar. Cualquier fallo haría decaer a cualquiera de los tres, aunque Feln comenzaba a asomar cierto cansancio, que Vanille aprovechó para lanzar un rápido manodoble a su costado izquierdo, y para su sorpresa... ¡salió rebotado!

-Jajaja... Xakan no solo me proporcionó un gran poder y conocimientos sin igual, si no que me hizo poseedor de objetos únicos, como la armadura de Orbaliskos que me rodea, aunque solo me perdurarán por esta batalla. -Se burló Feln.

-Maldita sea... y mi maestro Sobek no me da ninguna de esas armaduras... -Entonces respiró hondo repetidas veces Coen Viciouss-. Pero sí me enseñó a usar el verdadero poder de la fuerza. La energía fluye por doquier, y únicamente a través de la meditación eres capaz de comenzar a usarlo, aunque solo unos pocos poseen la ventaja de ser sensibles a la fuerza, lo que ayuda a potenciar tal energía. Algunos usuarios usan el odio y otras fuentes negativas... ¿para qué? El odio y el sufrimiento no son más que los productos del MIEDO. ¿Y qué es el miedo? El miedo no es más que un medio de opresión que te impide ver más allá y realizar lo que siempre deseas, porque tal miedo impedirá que te enfrentes al mismo. Por todo ello, llego a la conclusión de que los siths no sois más que unos cobardes. Y solo por eso, me dáis pena... pero vuestra cobardía os lleva a abusar de los más débiles, influyéndoles aquel miedo que vosotros mismos sentís, ¡eso sí que es rastrero!. Ahora, pereced, porque el Bogan puede ser erradicado: El miedo puede desaparecer, siendo suplantado por la valentía y la autoconfianza. -Dictaminó en voz alta, elevándose en el aire con los ojos cerrados, mientras hacía uso de algunos de los trucos enseñados por su maestro.

Coen se teletransportó rápidamente, apareciendo detrás de Feln, el cual pensó que al portar la legendaria armadura de Orbaliskos nada le pasaría, pero estaba equivocado. El caballero jedi Viciouss concentró todas las energías posibles de sus manos, enviándolas directamente a la armadura.

-¿Qué pretendes? Mucho hablar pero luego no eres capaz de hacer nada útil, maldito jedi, tanta valentía no te sirve para na... -Comenzó a decir pero se vio interrumpido al notar que algo vibraba en su armadura: Estaba siendo destruida-. ¡¡NO ES POSIBLE!! ¡¿QUÉ HAS HECHO?!

- No te fies de las apariencias... -Dijo un jadeante Coen-. Gracias a los puntos de ruptura enseñados por mi maestro y por el holcron de Cade Skywalker, tu tan preciada armadura de Orbaliskos ha sido diezmada, además de que al no ser tú directamente el que los dominabas, eran más sensibles y menos resistentes. ¡AHORA VANILLE!

Rápida como un relámpago, la Centinela Vanille llegó detrás del Inquisidor Feln, ante el desconcierto del mismo, y de un veloz tajo, atravesó el costado izquierdo del sith.

- Sufriréis por semejante atrocidad acometida, ¡el fénix siempre renacerá de sus cenizas! -Profirió el último grito, descomponiendo todo su cuerpo entre fogonazos de llamas, hasta formar un enorme ave en el aire, desde tal momento, su voz comenzó a sonar cuan dios furioso, con voz de ultratumba-. Señores... no sabéis lo que habéis hecho, desatar un poder oscuro... solo sois capaces de destruir mi jaula, mi envoltura física... ¡SUFRID!

Tras estas palabras, un enorme anillo de fuego se produjo, lo que calcinó todo a 50 metros alrededor, exceptuando a Coen y Vanille, gracias al caballero jedi, que había levantado una burbuja de la fuerza a tiempo. En ese instante, algo desconcentró a la enorme bestia, puesto que un disparo atravesó su cabeza de fuego, lo que no causó ningún daño en él, solo produjo mayor odio y por ende un incremento igneo corpóreo.

- Rebeldes, ¡marchaos! ¡De esto nos ocupamos nosotros...! -Pero dejó de gritar al ver que más jedis le acompañaban, entre ellos se encontraban varios jedis como el Vidente Pacino o el maestro Relan, seguidos de cerca por Selkris y Khan Gres.

- Vosotros estáis exháutos, habéis hecho un trabajo sin igual, ahora descansad y nosotros nos ocuparemos de todo -Dijo un decidido concejal Gres.

Viendo la que se le venía encima, Feln huyó volando a una gran velocidad en busca de sus compañeros de Ygziir, hasta que encontró en el campo de batalla, a un peligrado acólito Anihilation Akan, que estaba rodeado de hordas enteras de Rakghuls, pero no era problema para Feln, el cual descendió entre llamas calcinando a todas esas bestias. Salvó al joven jedi y ambos volvieron a un lugar seguro, buscando a Anhiler, el único sith de Ygziir capaz de devolver a su estado natural a Feln. Anhiler, aprendiz en cierto modo de Xakan entre otros grandes maestros, y uno de los principales instructores en hechicería de Etxxu.

[En un lugar no muy lejano de ahí, en una alta montaña...]

Un sujeto recortaba silueta a espaldas del escaso sol que se encontraba en el Crepúsculo. Había entendido lo que sucedía: Sobek había tomado una forma incorpórea, y en estos momentos el poder del jedi no era ilimitado ni mucho menos, y esto lo sabía muy bien Xakan. El instructor Gres de Achillea lo dijo a modo de amenaza, pero el antiguo dark sith sabía muy bien que no era más que un farol. Pese a esto, sí era bien cierto que en cualquier momento, Sobek podía coger desprevenido a Xakan, haciéndole sufrir de un modo inimaginable.

- Sobek, esto parece que va por jugadas, dando constantes jaques sin lograr un resultado final, hasta que acabe en tablas. Pero esta es mi siguiente jugada... y gracias a la protección que me otorgan los orbaliskos, he ampliado su potencia. Puedes ver el campo energético que me rodea, lo que impedirá que cualquier ataque energético o físico me alcance. Y a continuación... -Continuó entre sonoras carcajadas al notar que Sobek, aun en su estado incorpóreo, esperaba lo peor-. ... Desestabilizaré el sol más cercano a Izai, si no sacas toda la República, y tú mismo te sometes ante mi... y sabes que no podrás parar una supernova una vez halla comenzado.

El gran jedi Sobek, en su estado omnisciente era capaz de casi todo... pero era cauto, y sabía que Xakan no era alguien con quien se podía jugar...

¿Lograría sobrevivir el sol de Izai, junto a su planeta?

¿Qué hará Sobek? ¿Logrará Xakan sumir a Izai en una enorme esfera llameante, absorbida por una imparable supernova?

CONTINUARÁ.

La temperatura de Izai ascendía por minutos. El furor de la batalla, el descontrol que reinaba, el cansancio hacía mella en todos los guerreros, fuesen de la facción que fuesen, incluso en los Rakghouls, pese a ser zombies sin consciencia alguna, comenzaban a dar síntomas de cansancio. Ya nadie diferenciaba entre aliado y enemigo, ni siquiera en aquellos pertenecientes a la misma academia. Hermanos comenzaron a matarse entre ellos. Ya nada importaba, el caos estaba sembrado y la guerra se había convertido en una lucha por la supervivencia.

Los Yuuzhan Vong combatían sin descansos, comandados principalmente por Kaasbel, pero apenas podían contener a los Rakghouls, que cada vez eran más. Por cada Rakghoul que caía, se alzaban otros dos, y cada jedi, clon, rebelde, imperial, sith, yuuzhan vong, mandaloriano, lo que fuese, recibiera una simple herida de un Rakghoul, se convertía en uno de ellos.

Todos se dieron cuenta de que las bestias de Xakan eran imparables. Los jedis se organizaron en todo Izai, de forma que algunos estaban pendientes de las naves del imperio, impidiendo que éstas descendieran. Otros, acordonaron la fortaleza de los Yuuzhan Vong, pero decidieron no participar, dado que los Rakghouls ya aniquilaban por sí solos a los propios Yuuzhan Vong. Los siths de Ygziir luchaban con singular maestría, pero no era suficiente, asesinos y hechiceros siths unidos contra el enemigo.

- Algo no va bien, los Rakghouls no son así... este Xakan ha alterado las propiedades del talismán de Karness Murr -Comprendió Etxxu Gerok entre las filas de Ygziir-. No sé bien lo que has hecho, hermano -murmuró-, pero voy a acabar con esta masacre... O no, mejor no... Estas criaturas son de mi hermano, Xakan, así que le ayudaré en su batalla contra Sobek, y juntos ... -No llegó a terminar la frase, puesto que comenzó a reírse de forma siniestra.

En ese instante, en el lugar más remoto de Izai, una figura se materializó junto a otras dos: Etxxu apareció junto a su hermano Xakan, observando detenidamente a Sobek.

- Ah, veo que viniste a ayudarme... No me hace falta tu ayuda, hermano -Dijo de forma arrogante Xakan-. Pero no me vendrás mal, te explicaré la situación...

- No hace falta, Xakan, lo sé perfectamente -Le interrumpió Etxxu, el cual no dejó de mirar a Sobek-. Acabaremos con este sujeto -Dijo alzando las manos.

El cielo comenzó a amotinarse, formándose miles de rayos entre las nubes. Darth Lumen comenzó a canalizar toda la energía de su entorno y en las alturas, cientos de relámpagos azotaron con furia el suelo, cerca de Sobek. El maestro jedi Klarhet se encontraba exhausto, no podía hacer gran cosa.

En ese instante, y para alivio del concejal jedi, dos figuras hicieron acto de presencia. La primera, Kirtash Klarhet fue la que llamó la atención.

- ¡¡CÓMO ES POSIBLE!! -Gritó loco de cólera Xakan- ¡Estás junto a un Shek, una creación mía! Pero... ¡si estaba a mi merced junto a los demás Rakghouls!

- Lo siento, pero este pequeño -Dijo acariciando la cabeza de la bestia-, se ha encariñado conmigo. Y lo usaré para acabar con vosotros -Terminó con una firme mirada.

El Shek, de unos 3 metros, era una especie de serpiente alada de imponente mirada. Se lanzó rápidamente, contra Xakan, clavándo sus dientes en su armadura de Orbaliskos. Por su parte, Kirtash, con el Idhum prendido y en mano se lanzó hacia Lumen, el cual actuó a tiempo repeliendo su embestida lanzando un rayo que le golpeó de lleno.

Entonces, Gerok quiso lanzar otro relámpago para acabar con su enemigo, pero la segunda figura que apareció junto a Kirtash, se alzó.

- ¿Qué pasa? -Dijo desconcertado Darth Lumen al ver que había perdido el control atmosférico, pero entonces alzó la vista viendo a Vainille-. Maldita muchacha -Maldijo para sí- conmigo no se juega, ahora verás...

- De eso nada, me he cansado de juegos -Dijo Sobek, tomando una forma física, apoyado sobre su bastón del alma.

- No he usado antes este arma -Continuó diciendo Sobek-. Porque conlleva un gran uso de energías y estaba recargándose en un lugar remoto, precisamente en el Valle de los Jedis, pero lo he hecho aparecer. ¿Te resulta familiar, Xakan? -Preguntó, al ver la cara de sorpresa de Darth Xakan-. Sí, este bastón posee el cristal del ladrón de almas, lo que me permite manejaros mentalemente sin posibilidad de que ofrezcáis resistencia alguna. Y ahora mismo estáis controlados por mi.

Pero antes de poder dar su último golpe de gracia, Xakan pudo bajar su mano, produciendo un gran estallido. Todos alzaron la vista, mirando al cielo: El sol comenzó a desestabilizarse. El antiguo señor dark sith no había provocado una supernova en sí, pero había hecho el suficiente daño a la estructura interna del sol como para que se desencadenara una gran explosión que se llevase consigo a Izai. Todos los combatientes pararon, incluyendo a los Rakghouls, y contemplaron atónitos el panorama.

Rápido como la luz, Sobek hizo aparecer a Lumen y a Xakan en Ygziir, desentendiéndose de ellos, y materializándose en el núcleo del sol. Dejó de tomar forma física, y una vez más, era simplemente La Fuerza.

No tenía consciencia, no podía pensar, no existen emociones... solo la paz. La entidad que anteriormente se conocía como Sobek, dejó todo tipo de ligaduras emocionales, y comenzó a fluir, en unión perfecta con La Fuerza. Tras unos instantes de expectación, una onda expansiva salió del sol, golpeando todo el sistema que conformaba aquella zona galáctica, incluyendo a Izai. El temblor fue notable, pero no produjo mayor daño.

En mitad del espacio, en mitad de la nada, pero en el centro de todo, dos cristales aparecieron: El Orbe del destino y el Ladrón de Almas, junto a la esencia de Sobek Klarhet. Un espiral se produjo, y todo se tornó de color blanco durante largo tiempo...

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Entonces algo se produjo, una leve alteración en el ambiente, que tan solo unos pocos podrían haber notado.

-Maestro, ¿qué ha sido eso? -Preguntó Borno.

- Nada joven iniciado, nada... ya se ha solucionado todo. -Afirmó Sobek, con una cara de infinito cansancio.

-Le noto cansado de repente, maestro, ¿qué ha ocurrido?

-Nada que no pueda arreglar, únicamente he cumplido con mi tarea de Jedi. Sigue tu camino jedi, puesto que eso es lo único que tendrás en el futuro... -Y fue las últimas palabras de Sobek, antes de perder la conciencia.

Spoiler:

Feln escribió:Bravo, solo puedo decir eso.