[ Roleo de Alderaan ] Gritos de Socorro
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[ Roleo de Alderaan ] Gritos de Socorro
Era una bonita noche en Alderaan, todo se preparaban para irse a dormir, puesto que ya era muy tarde, y estos días habían sido duros. El padawan Setzer Rickon, no era una excepción, por lo que se preparaba para ir a dormir, guardando sus ropas y demás útiles, pero...
A lo lejos se oían unos rugidos, procedentes del lejano bosque pero no demasiado integrados en este. Su instinto de Jedi le hizo poner sus sentidos al acecho para enterarse más de lo que pasaba. Salió de la cabaña, con sus chanclas y una túnica marrón, junto con su cinturón azul, y el sable colgado del cinturón. Pero parecía que los rugidos se habían calmado.
- Quizá solo haya sido un animal llamando a sus crías.
Pensó, pero la curiosidad le invadía. Poco después, se oyó el grito de una dama procedente de el mismo bosque.
Setzer echó a correr hacia el bosque, y antes de llegar divisó a unos clones vigilandolo e inspeccionandolo. Se preguntó qué harían ahí.
- Una bestia ha capturado a una mujer, no se permite el paso al bosque, nuestras tropas se encargarán. -Dijo un Clon.
Setzer buscó y resbuscó por el bosque, pero todo estaba repleto de Clones hasta donde alcanzaba la vista, no tenía otro remedio que irse con la intriga y la impotencia de no haber podido hacer nada.
Pero Setzer no era así.
Se puso la capucha de su túnica, escondió como pudo su rostro, y corrió de una manera inhumana a el bosque. Los Clones intentarón impedirle el paso, pero el les saltó, sin hacerles daño pero lo suficientemente rápido para que le perdieran de vista. Al llegar a el lugar de donde procedía el sonido, vió a muchos Clones entre matorrales, en árboles y los sitios más insospechados. Todos apuntaban con su pistola a una cueva, de la que salían unos ronquidos que quitaban el sueño.
Desengancho su sable láser muy lentamente del cinturón, y tuvo cuidado para que los Clones no le oyeran. Pero al encender el sable, el sonido de la hija de color azul alertó a los Clones, que apuntarón velocidad a el joven Jedi. Al ver el sable de color azul, supieron que por el momento no debían atacar, y bajaron las armas. Setzer se bajó la capucha y dijo con tono firme:
- Oí los gritos de una mujer, y no pude evitar venir a ver lo que pasaba, lo siento si molesto, pero no me quedaré de brazos cruzados.
Los Clones se miraron, asintieron entre ellos y le dijeron a Setzer que podía quedarse, siempre que no interfiriera en la operación de salvamiento, aunque Setzer había ido ahí precisamente para hacer eso.
Se escurrió entre los guardias, cogió unas cuantas hojas y medio camuflado, se acercó con paso muy muy lento a la entrada de la cueva. Cuando el " Arbusto Grande " ya estaba justo al lado de la cueva, Setzer salió de el y entró corriendo en ella. Él sabía que le raería problemas adenatrarse sin permiso ahí, y encima interferir en una operación Clon, pero era joven y no podía soportar quedarse de brazos cruzados, pues era un chaval muy activo.
Al adentrarse del todo en la cueva, vió a un ser durmiendo, un ser enorme, de un color verdoso que no se distinguía bien por la oscuridad, aunque el fulgor del sable podía hacer que se pudiera ver algo.
El animal tenía unos ojos muy grandes, y dientes afilados, además de unos colmillos similares a los de un elefante, aunque un poco más grandes. Su forma era casi redonda, no parecía tener mucho cuello y las patas eran cortas acabadas en pezuñas de un color gris ceniza.
Al mirar más de cerca al animal, se veía una joven dama que estaba entre sus extremidades superiores, "acurrucada" por estas, y a la vez encerrada. La joven estaba muy nerviosa, y miraba a Setzer con los ojos emborronados de lágrimas.
Setzer, fue corriendo en silencio hasta la bestia, y le cortó una pata de un tajo hecho con mucha fuerza, el cual liberó a la damisela, que salió corriendo fuera de la cueva, pero...
La criatura despertó, enfadada y babeando
Fue entonces cuando dió un movimiento rapidísimo, impropio para un animal de su tamaño, y arrojó a Setzer contra la pared, dejando caer su sable. Setzer, levitó el sable con la fuerza y lo hizo volver a su mano mientras se levantaba. La criatura chillaba de ira mientras perdía energía lentamente por el desangre, aunque eso no parecía quitarle velocidad. Se preparó, y fue a embestir a Setzer con sus colmillos, aunque este le corto unó con mucho esfuerzo con el sable.
Sus colmillos eran de un material muy duro, aunque el sable podía cortar cualquier cosa. Setzer, acabó cortandole otra pata al caer el animal rendido, pero no le asestó el golpe final, si no que cortó sus colmillos, los cogió, y se los llevó fuerza de la cueva, puesto que era un material que podría interesar y posiblemente era preciado.
Al llegar a la aldea de nuevo, se encontró con unos pocos Clones hablando con su maestro, Cronos Gkeut, y explicandole los sucedido. Este miró con cara de preocupación de Setzer, que venía cansado y con los grandes colmillos a cuestas.
Los Clones exigían unas disculpas y que les compensaran por tal desfachatez de haber interrumpido una operación en toda regla, solo porque él había querido.
Setzer tuvo una idea.
Con velocidad, dejó los colmillos en el suelo, y sonó un ruido seco. Después, Setzer dijo:
- Siento haber interrumpido su trabajo señores, por favor, acepten el presente por las disculpas.
Los Clones miraron los colmillos, asintieron, los cogieron, y se fueron hacia su base.
Cronos Gkeut miró con una cara de regañina a Setzer, a lo que él sonrió inocentemente, y se fué a dormir, aunque ya era medio amanecer.
A lo lejos se oían unos rugidos, procedentes del lejano bosque pero no demasiado integrados en este. Su instinto de Jedi le hizo poner sus sentidos al acecho para enterarse más de lo que pasaba. Salió de la cabaña, con sus chanclas y una túnica marrón, junto con su cinturón azul, y el sable colgado del cinturón. Pero parecía que los rugidos se habían calmado.
- Quizá solo haya sido un animal llamando a sus crías.
Pensó, pero la curiosidad le invadía. Poco después, se oyó el grito de una dama procedente de el mismo bosque.
Setzer echó a correr hacia el bosque, y antes de llegar divisó a unos clones vigilandolo e inspeccionandolo. Se preguntó qué harían ahí.
- Una bestia ha capturado a una mujer, no se permite el paso al bosque, nuestras tropas se encargarán. -Dijo un Clon.
Setzer buscó y resbuscó por el bosque, pero todo estaba repleto de Clones hasta donde alcanzaba la vista, no tenía otro remedio que irse con la intriga y la impotencia de no haber podido hacer nada.
Pero Setzer no era así.
Se puso la capucha de su túnica, escondió como pudo su rostro, y corrió de una manera inhumana a el bosque. Los Clones intentarón impedirle el paso, pero el les saltó, sin hacerles daño pero lo suficientemente rápido para que le perdieran de vista. Al llegar a el lugar de donde procedía el sonido, vió a muchos Clones entre matorrales, en árboles y los sitios más insospechados. Todos apuntaban con su pistola a una cueva, de la que salían unos ronquidos que quitaban el sueño.
Desengancho su sable láser muy lentamente del cinturón, y tuvo cuidado para que los Clones no le oyeran. Pero al encender el sable, el sonido de la hija de color azul alertó a los Clones, que apuntarón velocidad a el joven Jedi. Al ver el sable de color azul, supieron que por el momento no debían atacar, y bajaron las armas. Setzer se bajó la capucha y dijo con tono firme:
- Oí los gritos de una mujer, y no pude evitar venir a ver lo que pasaba, lo siento si molesto, pero no me quedaré de brazos cruzados.
Los Clones se miraron, asintieron entre ellos y le dijeron a Setzer que podía quedarse, siempre que no interfiriera en la operación de salvamiento, aunque Setzer había ido ahí precisamente para hacer eso.
Se escurrió entre los guardias, cogió unas cuantas hojas y medio camuflado, se acercó con paso muy muy lento a la entrada de la cueva. Cuando el " Arbusto Grande " ya estaba justo al lado de la cueva, Setzer salió de el y entró corriendo en ella. Él sabía que le raería problemas adenatrarse sin permiso ahí, y encima interferir en una operación Clon, pero era joven y no podía soportar quedarse de brazos cruzados, pues era un chaval muy activo.
Al adentrarse del todo en la cueva, vió a un ser durmiendo, un ser enorme, de un color verdoso que no se distinguía bien por la oscuridad, aunque el fulgor del sable podía hacer que se pudiera ver algo.
El animal tenía unos ojos muy grandes, y dientes afilados, además de unos colmillos similares a los de un elefante, aunque un poco más grandes. Su forma era casi redonda, no parecía tener mucho cuello y las patas eran cortas acabadas en pezuñas de un color gris ceniza.
Al mirar más de cerca al animal, se veía una joven dama que estaba entre sus extremidades superiores, "acurrucada" por estas, y a la vez encerrada. La joven estaba muy nerviosa, y miraba a Setzer con los ojos emborronados de lágrimas.
Setzer, fue corriendo en silencio hasta la bestia, y le cortó una pata de un tajo hecho con mucha fuerza, el cual liberó a la damisela, que salió corriendo fuera de la cueva, pero...
La criatura despertó, enfadada y babeando
Fue entonces cuando dió un movimiento rapidísimo, impropio para un animal de su tamaño, y arrojó a Setzer contra la pared, dejando caer su sable. Setzer, levitó el sable con la fuerza y lo hizo volver a su mano mientras se levantaba. La criatura chillaba de ira mientras perdía energía lentamente por el desangre, aunque eso no parecía quitarle velocidad. Se preparó, y fue a embestir a Setzer con sus colmillos, aunque este le corto unó con mucho esfuerzo con el sable.
Sus colmillos eran de un material muy duro, aunque el sable podía cortar cualquier cosa. Setzer, acabó cortandole otra pata al caer el animal rendido, pero no le asestó el golpe final, si no que cortó sus colmillos, los cogió, y se los llevó fuerza de la cueva, puesto que era un material que podría interesar y posiblemente era preciado.
Al llegar a la aldea de nuevo, se encontró con unos pocos Clones hablando con su maestro, Cronos Gkeut, y explicandole los sucedido. Este miró con cara de preocupación de Setzer, que venía cansado y con los grandes colmillos a cuestas.
Los Clones exigían unas disculpas y que les compensaran por tal desfachatez de haber interrumpido una operación en toda regla, solo porque él había querido.
Setzer tuvo una idea.
Con velocidad, dejó los colmillos en el suelo, y sonó un ruido seco. Después, Setzer dijo:
- Siento haber interrumpido su trabajo señores, por favor, acepten el presente por las disculpas.
Los Clones miraron los colmillos, asintieron, los cogieron, y se fueron hacia su base.
Cronos Gkeut miró con una cara de regañina a Setzer, a lo que él sonrió inocentemente, y se fué a dormir, aunque ya era medio amanecer.
Última edición por NadaDeNada el Jue Dic 08, 2011 4:41 pm, editado 1 vez
Invitado- Invitado
Re: [ Roleo de Alderaan ] Gritos de Socorro
Me ha encantado, que valiente el Padawan... jajaja
Sigue así, vas mejorando.
PD: Buenas imágenes
Sigue así, vas mejorando.
PD: Buenas imágenes
Invitado- Invitado
Re: [ Roleo de Alderaan ] Gritos de Socorro
Me encanta tu roleo sigue asi
Welfarest- Mensajes : 949
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