[Roleo de cambio de facción] Espíritus

Yo por aquel entonces todavía era un soldado de la Estrella de la Muerte, un peón bastante insignificante. Un día, el antiguo Consejero Oscuro me encargó una misión. Una misión un tanto extraña, no acorde con mis funciones como soldado. Me mandó ir a Korriban, al Valle de Golg. Korriban no era un lugar muy turístico, y a mí por aquel entonces, ir no me hacía demasiada gracia. Pero yo era un mandado, así que mi oposición significaría mi expulsión, y posiblemente mi muerte. Aunque hoy día, significa el elemento que me da la vida.
Al día siguiente partí de la Estrella de la Muerte. Al aterrizar en aquella gran roca de tamaño planetario, lo primero que sentí fue frío... y en gran parte, miedo. Todo el paisaje imponía, y hacía a alguien como yo, mucho más pequeño de lo que era ya por aquel entonces.
Caminé durante mucho rato por sus áridos parajes, hasta que finalmente llegué a aquel extraño valle... rodeado de estatuas. A pesar de no ser el valle de los Señores Oscuros, en aquel cementerio también se podía percibir en el ambiente esa carga de poder y de oscuridad. Entre los Sith que yacían en aquel lugar, el más importante era el antiguo Rey Sith Dathka Graush.
El gran y ancho pasillo que ofrecían las esculturas y la arquitectura de aquel lugar me ponía cada vez más nervioso. No entendía demasiado bien por qué, pero mi vista se nublaba por momentos. ¿Era momento de regresar? Claro que lo era, pero no lo hice. Proseguí hacia delante, hasta que sucedió algo que rompería el paseo.
Una silueta, que no pude ver demasiado bien por la ceguera que me provocaba el sol y el cansancio, se materializó a varios metros de mí. No parecía del todo real... pero no pude evitar frenarme. Jadeando, entrecerré mis ojos.

-¿Quién eres?-le pregunté-

-¿Qué haces aquí, carnaza?

-Vengo... en una misión por el...-tosí un poco- por el Consejero Oscuro.

-Uhmm, ya veo. Pues deberías de irte de aquí.

-No puedo irme... tengo que continuar. Sólo es una misión de reconocimiento.-dije mientras que puse mi mano sobre mis ojos, a modo de visera para poder ver bien a la figura-

-No. Lárgate ahora, aquí no eres bien recibido. Esto es un lugar de culto... el que quiera continuar debe de pagar un precio.

-¿Pagar un precio? No tengo dactarios, aquí, y ahora...

El Sith rió un poco.

-¿Dactarios? ¿Para qué quiere un espíritu dactarios?

¿Había oído bien? ¿Un espíritu? Imposible que fuese un Señor Oscuro. Debía de ser otro Sith... alguno que había sido enterrado ahí, y cuya esencia todavía vagaba por aquel valle. Poco después, otras figuras aparecieron en lo alto de algunas rocas. No sabía qué decir, ni qué hacer. Me sentía muy cansado... ¿por qué? En la Estrella de la Muerte hacíamos entrenamientos mucho peores... más arduos que caminar durante un par de horas. Me dejé caer de rodillas al suelo, todavía jadeando.
Cuando me quise dar cuenta, el Sith se había colocado a mi lado, y se mantenía de pie, mirándome... a pesar de que no podía verle la cara por la oscuridad de su capucha.

-¿Qué te sucede, soldadito? ¿Te ahogas?

Hasta ese momento, no, pero a partir de ese momento, sí que noté cómo me ahogaba. De pronto, parecía que mis pulmones se cerraban, y que mi garganta se había convertido en un hilo que no permitía el paso del aire. Caí al suelo, agarrándome el cuello, y retorciéndome.

-Este es el precio que tienen que pagar los necios para llegar hasta aquí. Deberías de haberte ido antes... o no haber venido nunca.

De pronto, mi cuerpo salió despedido hacia atrás, haciéndome golpearme contra una roca. El mismo Sith, apareció a mi lado cuando alcancé a mirar para arriba, todavía sin poder apenas respirar. Otro encapuchado se materializó al otro lado, y comenzó a hablar.

-¿Le vas a matar? Lástima.

-¿Qué sugieres tú?-quiso saber el otro-

-Sólo... darle una última oportunidad a cambio de su vida.

En ese momento, mis pulmones volvieron a ensancharse, y mi garganta volví a permitir el paso del oxígeno a éstos. Todavía respirando entrecortadamente, me mantuve arrodillazo ante los espíritus Sith, y agaché mi cabeza.

-¿Qué puede ofrecernos alguien como tú?-preguntó el primero-

-Poco...-respondió el otro- quizá su cuerpo.

-¿Estarías dispuesto, realmente, a entregar tu cuerpo para conservar tu vida?

Asentí como pude, por el cansancio que me provocaba tener que tomar todo el aire que no había tomado hasta entonces.

-Bien... entonces...

Ahí fue cuando todo cambió. Empecé a sentir calor, muchísimo calor. Me ardía cada vena, arteria, hueso, músculo y célula de mi cuerpo. Grité con todas mis fuerzas, y me hice una bola en el suelo. Apreté mis dientes, mis puños... contraje mis músculos, todo lo que pude con tal de aliviar un tanto el insoportable dolor que me provocaban. Sin éxito. Poco más recuerdo de eso.
Cuando abrí los ojos, me encontraba en el mismo sitio, pero un tanto cambiado. Mi uniforme ya no era un uniforme, sino una túnica de color negra, desgarrada y con muchas partes rotas. Mi cuerpo estaba falto de ropa, sólo la túnica me cubría del frío.
El frío... eso fue lo primero que me llamó la atención. A pesar de que sentía el frío, no me desagradaba... ni tenía intención de taparme. Había pasado a ser una sensación que me agradaba. Me puse en pie. Por dentro me sentía eufórico, como si una ola de poder hubiese impactado contra mí. Podía sentir y ver todo de otro modo. Pero esa extraña alegría duró poco, porque unas voces sonaron en mi cabeza.

-No tan rápido. A cambio de tu vida, nos has dado tu cuerpo... pero el trato no termina aquí. Ahora estás hecho sólo para servirnos a nosotros. Sólo estás hecho para defender a los Señores Oscuros, sus tumbas. Entrénate como debes. Como un Sith. Ya no eres un soldado de la república... así que haz de ese asqueroso cuerpo algo de valor.

Por un momento me quedé en estado de shock, mirando al suelo. Después, al recobrar el sentido y la noción del tiempo, noté un gran vacío en mi pecho. Como si un agujero negro se hubiese abierto de mí, y estuviese absorbiendo todo. Necesitaba por encima de todo matar. Necesitaba guerra, batalla. Necesitaba... acción.
Comencé a caminar hacia mi nave, como si mis hombros pesasen, y tambaleándome un tanto. Parecía un cuerpo destrozado, un hombrecillo mutilado... pero por dentro me sentía poderoso.

Aquel extraño incidente cambió muchas cosas de mí. Mi piel palideció, y mis ojos pasaron a tomar un color ambarino...

¿Por qué sucedió todo aquello? No lo sé. Pero hoy día, todavía me persigue ese vacío en el pecho. Mi condena no ha terminado. Sigo siendo un guardián de las tumbas de Korriban. Y cuando muera, pasaré a ser un espíritu en busca de un cuerpo del que poder obtener la energía que aquel fantasma obtiene de mí, y me roba lentamente... día tras día.



Paso de no sensible, a sensible. Los espíritus Sith no son Señores Oscuros, sólo son otros Sith que emplean la magia oscura.
La idea tiene copyright de Relan, por cierto xD. La he hecho así porque es que no se me ocurre otro modo de hacer un roleo de cambio de facción...

Espera, pero en la última semana he visto muchos roleos de cambio de facción tuyos y han ido así:

No sensible -> Sensible. (Fail)
No sensible -> Sensible.
Sensible -> No sensible.
No sensible -> Sensible.

¿Como va? O Jedi o Imperial, decidamosnos. En fin, buen roleo.

Me quedaré ahora de Sith, que el roleo de disparos me aburre bastante la verdad xd. Avanzaré todo lo que pueda en este sistema. A ver hasta dónde llego...

Ok, y suponiendo que lo cambie, o modifique el final, ¿podría ser válido? Es que no se me ocurren otras formas de pasar a ser sensible.

Psych escribió:Ok, y suponiendo que lo cambie, o modifique el final, ¿podría ser válido? Es que no se me ocurren otras formas de pasar a ser sensible.

Te recomiendo que leas lo que contesté en tu duda xD.