[Roleo J.E] Piratas en Tatooine [Holocron Kaerobani]

Era una noche rara, Esmic no podía dormir y fuera llovía como si lo hiciese en su habitación. Le seguía dando vueltas a la misión que esta vez le había encomendado el consejo puesto que jamás había hecho de infiltrado y no sabía como actuar, como dirigirse a los demás, como pensar, como nada...
A la mañana siguiente Esmic se quedó dormido pero a la media hora de retraso un iniciado entró correteando a su habitación despertandolo con entusiasmo.

- ¡Maestro Esmic, maestro Esmic, tiene que partir, se le hace tarde! - le dijo el iniciado entusiasmado.
Esmic dio un par de vueltas más en la cama y posteriormente se incorporó. Al mirar a la puerta estaba el maestro Whie recostado sobre la pared.

- ¿Qué, no has podido pegar ojo? - le preguntó.
- Ni por asomo, sigo dandole vueltas al "¿Cómo?" - le respondió con voz ronca.
- Te saldrá solo ya lo verás, ven ya es hora - añadió.

El iniciado estaba sentado en la cama del maestro Esmic, balanceando ambas piernas, ya que no llegaba al suelo.
- Anda Shedao, vamos a adelantarnos - le dijo Whie al iniciado.

Éste salio correteando de la habitación bajo el brazo de Whie, y mientras lo hacia, el maestro le tocó la cabeza.
- Te espero fuera Esmic - le informó.

Esmic se terminó de poner sus ropajes de viaje y organizó su equipaje y salió con este en la mano. El maestro Whie le estaba esperando en la puerta como bien había dicho.
- y.. ¿cómo se lo ha tomado Mara? - preguntó Esmic.
- Bueno le ha sido difícil, pero creo que se le pasará, le han asignado una misiñon secundaria en Tython - respondió el otro maestro.

Mara Jade, compañera desde la infancia del maestro Esmic, había sido destinada a esta misión, pero el consejo recibió un informe desde Tython y necesitaba a alguien para hacer un reconocimiento. Mara le encantaba la misión pero le fue asignada a Esmic después de que informaran al consejo.
Los días posteriores a la decisión Mara le había echado alguna mirada a Esmic que no le habían gustado pero supondría que sería normal, estaba muy ilusionada con esa misión ya que recibiría el reconocimiento de la orden y del consejo jedi.

Al llegar al hangar le esperaba el maestro Betmed junto al maestro Flaherty para darle las últimas indicadiones al maestro Esmic para su misión.
- Recuerda, necesitamos pruebas para que esa banda de ladrones piratas de antigüedades sea desvalijada Esmic - le recordó el maestro Flaherty
- Ten mucho cuidado Esmic, que la fuerza te acompañe - añadió el maestro Betmed
- Gracias maestros, muchas gracias, parto de inmediato - dijo Esmic.
- Mucha suerte Esmic - añadió el maestro Whie abrazando a éste.

Esmic subió a la nave en la cuál le esperaba un viejo amigo.
- bi bi biriri - sonó el droide.
- Hola RC-XD, ¿cómo lo llevas? - Le preguntó el maestro.
- bibiiii biri - le respondió.
- Espero que estés preparado para esta misión, vamos - concluyó el maestro.

Tras entrar en la nave y activar los motores, Esmic salió del hangar de la orden en Alderaan a toda prisa.
Una vez cerca de la nave de los piratas, Esmic les habló por la radio y se identificó con la coartada que le había preparado la orden. Era un cazarecompensas recomendado por otro muy famoso que le debía un gran favor a la orden, tras salvar su vida años atrás en Ziost.
Esmic desembarcó con su droide y su maleta, y se acomodó en una de las habitaciones de la gran nave que poseian los piratas de antigüedades.
Día a día Esmic se ganó su confianza y acorde con el plan colaboró en algunos robos, de los cuales dichos objetos serían devueltos a sus dueños tras acabada la misión.
Día a día hacía eso pero cada noche, pensaba en Mara, en su decepción al saber que no haría esta emocionante misión, y a él eso le preocupaba, no quería adueñarse de la misión de alguien a quien conocía de hace mucho tiempo pero aún así, debía seguir hacia delante.

Una noche de las muchas que Esmic se desvelaba, le dio vueltas al asunto y tuvo una genial idea.
- Si me invento que estoy indispuesto, o que me ha pasado algo, podré abandonar la misión y se la encargarán a Mara - pensó.

Igual que cada noche le daba muchas vueltas a ese asunto, no le dio ninguna a este, si se la daba, le econtraría fallos y solo quería que Mara hiciese la misión que tanto tiempo había esperado.
Esmic llamó a su droide para empezar la comunicación con el maestro Whie.

- RC-XD, despierta, te necesito - dijo despertando al droide.
- bi biiiri - le respondió.
- Shhh, no hagas ruido, podrían despertarse - le susurró.

RC-XD quiero contactar con el maestro Whie, comienza el holograma.
Una luz analizó al maestro Esmic de arriba abajo. Tras varios intentos consiguió contactar con el maestro Whie.

- Whie necesito que informes al consejo de que no podré seguir con esta misión, os enviaré un informe para que se la asignen a Mara, intentaré salir de aquí como pueda y la recomendaré para que no desconfien de ella - dijo susurrando.
- Vale, yo... - intentó decir Whie
Y la transmisión se cortó.

Esmic se puso de inmediato a redactar una carta para recomendar a Mara a los piratas, y comentarles que le era imposible seguir, que era una gente excepcional y que había disfrutado robando con ellos, cosa que era totalmente incierta..
Esmic recogió sus cosas, y salió de allí sin hacer ruido. Se montó en su nave y salió rumbo a Alderaan.

A la mañana siguiente estaba desembarcando, imitando como si estuviese enfermo, bajó de la nave tosiendo y sin mantenerse en pie. El maestro Whie llegó al hangar corriendo con dos caballeros a los cuales ordenó que cogiesen al maestro y lo llevarán al centro médico.
Mientras se iba, Esmic vio como como Mara embarcaba con su equipaje y a lo lejos le guiñó un ojo a lo cual ella respondio con una sonrisa y se quedó más tranquila. A pesar de que casi odia a Esmic por arrebatarle la misión, le tenía un inmenso cariño y jamás querría que le pasase nada malo.

- Mara sabes lo que debes hacer, ¿no? - Le dijo el maestro Ombra a su aprendiz
- Maestro ya soy mayorcita, no tiene que preocuparse tanto por mí, sé lo que debo hacer - le respondió tajante ésta.

Tras decir esto puso rumbo a la nave de los piratas, saliendo escopetada del hangar y dejando una nube de polvo.
Mientras el maestro Q'inn atendía en la enfermería al maestro Esmic.
- ¿Qué le ha pasado? - preguntó al verlo entrar en volandas y tosiendo.
- Ya podeis soltarme caballeros - dijo Esmic al ponerse de pie.
- Pe...pero ¿qué pasa? - balbuceó Q'inn
- No te preocupes Q'inn, estoy en plena forma, debo de ir a hablar con el consejo - dijo mientras salía disparado del centro médico.

Al entrar en el despacho del maestro Bopilus jadeando éste le dijo:
- Lo sé todo Esmic, no hacen falta explicaciones del ningún tipo - dijo tajante y gestuando que se retirase.

Al llegar a la nave de los piratas, Mara se instaló en otro aposento distinto al del maestro, claro que ella no lo sabía. Estaba sola, el piso de arriba era solo para ella.
Por la noche, desvelada, Mara revisó las instalaciones del piso superior, en busca de datos o información que le valiese para el informe. Al llegar a una estancia vio una caja de la que salían unos haces de luces muy fuertes. Cogió la caja y recordando la clase del maestro Ombra sobre los holocrones, lo guardó en su túnica, asimilando que era propiedad de la orden jedi.

A la mañana siguiente el capitán despertó a todos a base de cacerolazos y ruidos.
Mara se desfregó con el puño, se vistió y bajo a desayunar con el resto.

- Al mediodía será el mayor golpe que hayamos dado, atacaremos todas las casas de empeños de Tatooine, sacaremos mucho oro y cosas valiosas - dijo el capitán.
- Tara, me han dado buenas referencias de tí, espero que lo hagas bien - añadió.
- Es Mara señor y no lo dude, desvalijaremos a todos esos viejos ricos de la zona - dijo con un entusiasmo no muy convincente.
- Eso es, al mediodía atracaremos la ciudad, y ahora a coger fuerzas - concluyó.

Después cada uno tenía tiempo libre mientras los líderes y el capitán trazaban el gran plan. Pero Mara no tenía tiempo libre, estaba redactando el informe y envíando mensaje en forma de holograma para que todos estuviesen allí al mediodía y los pillarían a todos.
Una vez recibido el mensaje, el consejo jedi se puso rumbo a Tatooine y se intercambiaron por los que regentaban las casas de empeño. Cada maestro regentaba una, con dos caballeros en la trastienda para la defensa de esta.
Transcurrido el tiempo la gran nave de los piratas aterrizó en una explanada a las afueras de Tatooine. Al paso de los piratas la gente se apartaba, puesto que eran grandes y robustos, a la gente le daban miedo.
Se separaron y cada uno fue a una de las cinco casas de empeño y antigüedades que había. Mara fue con el mayor de todos, entraron en la casa de empeños y Mara reconoció al Caballero I'ann ordenando antigüedades y al maestro Dasa Vatara tras el mostrador.

- Buenas tardes, ¿qué desean? - dijo el maestro agradable.
- ¡Todo! - dijo el pirata y acto seguido tiro la mesa al suelo y rompio varias ventanas.
Tras el ataque del pirata los caballeros, el maestro Vatara y Mara lo redujeron de inmediato.
- Me quedo con él, id a ayudar a los demás - dijo el maestro
Ambos caballeros y Mara salieron de aquella tienda y entraron en otra para ayudar, donde el maestro Flaherty fue golpeado. Tras unos momentos de tensión, forcejeos, puños y mucho ruido, los piratas salieron todos inmovilizados y en fila hacia las celdas de la nave nodriza del consejo.
Cuando el capitán pasó al lado de Mara se enfadó muchísimo al reconocerla.
- ¡Maldita escoria, jamás debí fiarme de tí! - gritó y acto seguido escupió al suelo.

Todos se montaron en la nave, exceptuando los maestros Whie y Kakino, que fueron en la de los piratas, poniendo todos rumbo a Alderaan.
Al bajar de las naves, Mara y Esmic se quedaron un poco rezagados.

- Esmic, sé lo qué has hecho por mí - le dijo claramente Mara.
- ¿Qué he hecho? No sé de qué me hablas - le contestó.
- Sabes muy bien de lo que hablo, Esmic - le dijo elevando el tono y parandolo en medio del hangar.
- Gracias, sabía cuanto significaba esta misión para mí, y lo hiciste por mí - le dijo agarrandole del hombro.
- Bueno sí, si te soy franco, fue por tí , y no hay de qué, para eso estan los parientes - le contestó el maestro.
- Claro, por eso te he traido esto - le sorprendió.
Mara sacó de su túnica el cubo que había recogido aquella noche en la planta alta de la nave.
- Creo que es un... - dijo mientras le cortaba
- ¡Un holocrón y es exactamente el de Kaerobani! - dijo eufórico.
- Es tuyo, primo, por todo lo que has hecho por mí - le dijo ella.
- No sé que decir, estoy muy impresionado. Que bueno es tener una prima así - dijo mientras la achuchaba.
- No hay de qué, pero sueltame, tengo que estar en plena forma para la siguiente misión del consejo - dijo en forma de broma.
- Anda vamos, tienes que descansar - finalizó el maestro Esmic.

Ambos se pusieron en marcha a sus aposentos y se perdieron por la puerta del hangar de Alderaan...

FIN.